DE MAS PARA MEJOR

jueves, 20 de diciembre de 2012

EL ARTE DE LAMENTARNOS CON LA PERSONA EQUIVOCADA

 


Afirman expertos en conducta humana que las personas sólo nos quejamos de aquello que tiene remedio y por tanto solución. Pero no se quedan ahí, sino que también afirman que los seres humanos no cuestionamos nunca algunas verdades absolutas que determinan muchos sucesos en nuestras vidas. Por ejemplo, tenemos un accidente de automovil y no le echamos la culpa a la ley física de la inercia, que en fin de cuentas causó el choque, porque al frenar el auto continuó desplazándose hasta colisionar. Tampoco nos desgastamos en culpar a la ley de la gravedad que determinó que un avión se precipitara a tierra, sin embargo gastamos bastante tiempo en lamentarnos de todo aquello que en la mayoría de los casos tiene solución.
 
Muchos nos lamentamos con alguna amistadde tener sobrepeso, pero pocos lo hacen con un especialista para tomar una acción que nos lleve al peso adecuado; también nos quejamos con nuestro compañero de trabajo de que no nos han dado un aumento de salario, pero no lo hacemos con nuestro jefe; igualmente (y mucho lo hemos hecho) nos lamentamos de nuestro empleo, pero hacemos muy poco o nada por cambiar esa situación. Por supuesto, muchos se han lamentado con alguna cercana amistad del deterioro en la relación sentimental, pero pocos lo hacen con su pareja y generalmente cuando eso sucede, es para empeorar las cosas.

"No se puede cruzar el océano limitándose a mirar el agua", afirmó en una ocasión R. Tagore; lamentarse puede ser un ejercicio gratificante  que permite un alivio momentáneo, pero que no brinda ningún resultado en la solución de su problema. No basta, como sugiere Tagore, con contemplar el problema, reconocerlo o hablarlo justo con la persona que no puede darle la solución; se necesita, por incómodo que sea, la valentía para abordarlo e intentar una solución al problema, aunque el resultado sea no necesariamente el esperado: siempre podrá sacar una lección del mismo.

Muchas personas en estos días, según las estadísticas están inconformes con la vida que llevan y el empleo que tienen. La crisis ecónomica mundial ha hecho que muchos hayan perdido sus trabajos mermado considerablemente sus ingresos. No basta con mirarlo y lamentarse de este problema que enfrentan muchos; usted tiene una sola alternativa: enfrentarlo, porque de lo contrario el nivel de ese "océano" terminará por subir y usted terminará ahogándose en él.

Por mucho que se lamente y diga que "todo tiempo pasado fue mejor" el presente no volverá a ser como antes fue. Siempre es así. Las personas vivían y se sostenían de una manera en la época esclavista y de otra muy distinta en la feudal. El capitalismo con su incansable industrialización cambió los términos de la vida de las personas. Un nuevo cambio en la forma del desarrollo de la sociedad ha comenzado con el inicio del nuevo milenio, haciendo al mundo más pequeño, compacto e integrado. Esto a generado una crisis que ahora es mundial; lamentablemente una parte de la sociedad ha terminado pagando un alto precio por el cambio: la clase media ha ido perdiendo muchos beneficios y comodidades en las nuevas condiciones y en estos momentos esta desesperada.

Aunque a muchos les cueste admitirlo, en el siglo XXI asistir a una escuela y estudiar mucho, obtener un título universitario para al final convertirse en un empleado altamente calificado y bien remunerado economicamente ha llegado a su fin. Ello no quiere decir que ya no hagan falta estas personas, sino que ya no será igual. En este siglo las metas para alcanzar el nivel de vida que cada cual desee estará ubicado en la autosuficiencia financiera y no en tener un empleo seguro y bien pagado.

Usted puede tomar la decisión que desee y por ello obtendrá un resultado; no será culpa de nadie si lo que obtiene no es lo que esperaba. Tampoco será la suya.

Lamentarse no cambiará nada de lo que le está sucediendo. Necesitamos cambiar al mismo tiempo que las condiciones en nuestras vidas están cambiando. Claro está que enfrentará más de una dificultad, pero serán menores que de quedarse pasivo. Haga suyas las palabras de Martin Luther King Jr. "Suba el primer peldaño con fe. No tiene que ver toda la escalera. Solo dé el primer paso".


















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